En los medios

Respuesta de Eduardo Pimentel por deuda a empresaria que fabricó uniformes del Boyacá Chicó

El dueño del club boyacense, casi siempre polémico, esta vez intentó dejar claro todo este complicado tema.

Pimentel por deuda a empresaria que fabricó uniformes del Boyacá Cortesía, Twitter / Cortesia, Twitter Eduardo Pimentel / Cortesía, Boyacá Chicó

Así como ya se conoció la versión de Diana Rojas, que es la representante de la marca de indumentaria y que dio a conocer que habría una deuda del club ’ajedrezado’, ya hubo respuesta. Y aunque en su momento el presidente y el gerente del club aceptaron el incumplimiento, lo que dijo Eduardo Pimentel por deuda a empresaria que fabricó uniformes del Boyacá Chicó da a entender que todo se dio por un supuesto mal trabajo.

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El pasado sábado 14 de noviembre, antes de que el club del altiplano emprendiera el viaje para jugar contra Junior por la fecha 20 de Liga BetPlay 2020, se presentó el bloqueo al bus que llevaría a los jugadores de Tunja al aeropuerto de Bogotá, para viajar a Barranquilla. Fue la mencionada mujer, que se presentó acompañada por varios representantes de la prensa, y con esta protestas dio a conocer su complicada situación.


Explicación de Eduardo Pimentel por deuda a empresaria que fabricó uniformes del Boyacá Chicó:

En La W Radio hablaron con las 2 partes, Diana Rojas reiteró su denuncia y afirmó que la deuda asciende a los 30 millones de pesos, pero que además tuvo que despedir a trabajadoras de su empresa porque el club no le habría pagado los comprmisos:

“Haciéndole la indumentaria del grupo profesional de fútbol, al igual que al cuerpo técnico y dueños. La deuda asciende ahorita, con daños y perjuicios, a más de 30 millones de pesos.

Me tocó despedir a unas de mis empleadas, porque no teníamos más con que sostenerles los sueldos. En parte de garantía me tocó entregarles maquinaria, para que ellas tuvieran la garantía de que yo les pagara.

Por parte del señor Eduardo Pimentel y su hijo, Nicolás Pimentel, he recibido solo negativas. Ellos no asumen la responsabilidad del pago… El señor Ricardo Hoyos, que es el representante legal del equipo, se comprometió en hacernos el pago…

Mi microempresa está al borde de la quiebra, por la pandemia y las situaciones que estamos viviendo en el país y en el mundo. Estamos sin trabajo.

Yo trabajo con madres cabeza de familia, les doy la oportunidad de salir adelante y estamos afectados por la parte de Pimentel y por lo que estamos pasando por la pandemia”

Y aunque se había dicho que todo se dio por la mala calidad de la ropa deportiva, la empresaria lo desmintió:

“Es mentira, les manifesté a los medios de comunicación que me acompañaron, que se dieran cuenta que todos los muchachos que estaban dentro del bus; desde el conductor en adelante, tenían la ropa que confeccionamos en nuestra empresa.

Si estuviera defectuosa, no la tendrían puesta, la tendría de otra empresa… Igual los uniformes que están usando en partidos y entrenamientos”

Y en la misma emisora radial habló el dueño del equipo, aclarando que es el accionista mayoritario, pero dejando claro que las decisiones las toma él. Y entre tantas cosas que dijo, manifestó que las pruebas del contrato había llegado hasta Coldeportes (que no existe desde que se creó el Ministerio del Deporte) y que la culpa es de la empresa que hizo los uniformes en cuestión:

“Estamos acostumbrados a responder por nuestras cosas, este es un club que tiene 0 (cero) problemas, no tiene dificultades con nadie. No le debe a los jugadores, no debe arriendos, no debe absolutamente nada…

Ese arreglo, me dice el presidente, fue cercano a los 50 millones de pesos. S eles pagaron 28 minutos de pesos, como había quedado estipulado, más del 50%… se les pagó, entregaron la ropa, pero la ropa fue rechazada por el equipo profesional porque la maquila fue perversa.

Ropa que no le quedaba a los jugadores, ella tuvo que recoger toda la ropa y aceptar que tenía que arreglarla. Es como mandar a hacer un saco y que se lo entreguen mal hecho y volvérselo a llevar para volverlo otra vez a organizar.

Eso duró hasta el mes de marzo y en marzo, estamos en una pandemia y todos conocen la situación, no se había podido arreglar absolutamente nada ese tema. Ella aduce que se le debe pagar lo que ella hizo mal, nosotros cumplimos todo nuestro contrato y esto está en Coldeportes…”

Y en la misma respuesta de Eduardo Pimentel por deuda a empresaria que fabricó uniformes del Boyacá Chicó, afirmó que los uniformes tuvieron que andarlos hacer en otra empresa:

“Todo lo nuestro es soportado, esto no es de \’bla-bla-bla\’, con documentos, las versiones de los jugadores de la ropa. Algo insignificante, entre otras cosas, pero nosotros tuvimos que mandar a hacer esa misma ropa en Kaxon…

Y luego de la pandemia nos hemos dedicado a sacar este año, por todas las dificultades que han existido…Yo le contesté un mail a ella, diciéndole que lo que ellos estaban haciendo son situaciones de otra índole distinto.

Esto es un negocio comercial y ellos lo habían fallado y nosotros nunca lo fallamos. Así le quedó claro a Coldeportes y por eso archivó el problema”

Pero por si fuera poco, Pimental considera que más de 20 millones no es una deuda muy alta, que la pagarán cuando se normalice la situación del FPC y pase la crisis de la pandemia del COVID-19, pero que demandará por las “vías de hecho”  y “daños y perjuicios” que se dieron al club con la protesta pública:

“Lo que ellos hicieron con el bus, me parece que es para una demanda penal, por daños y perjuicios a la institución. Tomaremos las medidas necesarias, nuestros abogados recibieron la orden, porque ellos no pueden cobrar por \’mano propia\’ lo que ellos creen que se debe hacer.

Aquí hay una democracia, hay unas instancias que se deben emplear y no las han empleado, quieren cobrar \’a la brava\’ lo que mal han hecho y nosotros creemos que no vale la pena estar aquí, por una suma irrisoria de 22 millones de pesos.

Pero las cosas se deben hacer como deben hacerse, ya que pagamos la hechura de ropa, que ella no fue capaz de hacer, o no fueron capaces de hacer bien. Y están los recibos de la ropa que le mandamos hacer a Kaxon.

Es una situación normal, de negocio, y hay instancias que las tienen que resolver. Pero yo \’a la brava\’ no le pago a nadie y mucho menos cuando ha llegado a fallar absolutamente todo.

Cuando digo de esa manera es porque como mayor accionista determino muchas cosas y dio órdenes a la asamblea de hacer o no hacer. Me parece que es un tema que ya se volvió penal y es situación de los abogados”


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