Para nadie es un secreto que, entre los 80s y 90s, el fútbol colombiano prácticamente funcionó bajo la influencia del narcotráfico y de los grupos al margen de la ley dedicados a este negocio y a los equipos. Y así como tantas otras historias escalofriantes que se conocieron a través del tiempo, ahora se dieron algunos detalles más de las amenazas al árbitro de Nacional VS Danubio por Copa Libertadores 1989, partido de vuelta por la semifinal de la competencia.
Después de eliminar a Millonarios, otro equipo que en ese momento estaba manejado por uno de los carteles de la droga, en una llave más que escandalosa y polémica, los ’verdolagas’ afrontaron la fase semifinal contra los uruguayos y en la ida empataron 0 por 0. Pero en la vuelta el ambiente enrarecido empezó a condicionar a los árbitros argentinos elegidos y sobre el tema habló Carlos Espósito, el central de aquel encuentro en Medellín.
Audio: Así fueron las amenazas al árbitro de Nacional VS Danubio por Copa Libertadores 1989
El partido se jugó el 7 de mayo de 1989, pero todo empezó un día antes con presión y supuesta complicidad de los árbitros colombianos, que fueron los que empezaron a advertir a los gauchos de lo que podía pasar. Y en la entrevista que le dio Espósito al programa ’De una otro buen momento’ de Radio La red de Argentina, en la tarde del jueves 15 de octubre de 2020, se presentó al equipo colombiano como el de Pablo Escobar.
Así empezó el relato:
“Sobre como fue la historia, la sabemos los 3 que estábamos ahí (Juan Antonio Bava y Abel Ñeco, asistentes en ese partido). Arrancó desde que llegamos al aeropuerto de Medellín, porque los árbitros colombianos que nos fueron a recibir, ya nos habían \’entregado\’\’. pido disculpas, me sé expresar y no quiero que se confundan las palabras.
Obligados tomamos el auto de uno de ellos, no voy a dar el nombre ni me lo pidas (de los árbitros colombianos), por ética no los voy a dar. Porque aparte, sé todo como no estaban ellos.
Fuimos en auto, debes conocer Medellín, todas montañitas y – acá tiraron un árbitro, acá mataron a un juez de línea -. Así fuimos hasta que nos cambiaron de auto, porque el que nos llevaba se tenía que bajar. Mirá que están conociendo la verdadera historia, no por nada y de una vez por todas…
Ahí salimos con el otro auto, hubo un pequeño roce con otro coche, y en Colombia en ese momento no podías mover el auto hasta que no venía la Policía. Entonces los 2 involucrados tuvieron que esperar a la Policía y estuve una hora, pasando camiones con los hinchas de Nacional.
Y ahí nos fuimos al hotel…
Los árbitros argentinos internacionales no estábamos acostumbrados a salir del hotel cuando íbamos a cualquier lado. A no ser en Uruguay, en Paraguay, pero no nos salíamos del hotel. Entonces me invitan a una cena que iba a haber y dije que no… Dije – Nosotros no salimos del hotel -.
Estábamos en la mesa y en otra mesa habían 6 o 7 personas, termino y me levanto yo a pagar y le digo a la camarera que estaba ahí; – Mirá, haceme un favor, llevame un bidón de agua – porque en Medellín en ese momento no se podía tomar el agua potable.
Y me dice; – ¿Chica o grande? -. Yo ya había estado días antes dirigiendo el clásico (Nacional VS Millonarios)… Y le dje que un botellón grande como el de la otra vez. Ya había estado 15 días ahí.
Entonces nos fuimos a la habitación, eran tipo \’suite\’, yo estaba con Bava y Ñeco estaba aparte. Y golpean la puerta, abro yo y estaba la chica con un bidoncito de agua. Y le dije; – No, te dije uno grande, ¿puede ser uno grande?. Y me dijo; – Sí señor, en seguida le traigo-.
A los 3, 4, 5 minutos golpean la puerta y le digo a Bava; – Levantate -. Y ustedes conocen a Bava, mover a una mole de esas, pero \’voló\’. Y entraron 4; uno con ametralladora, a Ñeco le pusieron una 9 milímetros en la cabeza y atrás de ellos entró el famoso \’Popeye\’. Bien vestido, traje, corbata y con un maletín.
Lo abrió y nos dijo simplemente; – Acá hay 250.000 dólares, es de ustedes, llevenseló, tranquilos, va a salir de Colombia sin problemas -. Y nos miramos los 3 y a mí se me ocurrió decir, porque sabía cual era el pensamiento del arbitraje argentino y de mis compañeros. Antes de eso nos rompieron todo, teléfono, no dejaron un cable sano, arrancaron todo, los otros estaban todos drogados.
Y digo; – Nosotros vinimos a trabajar como corresponde -. El tipo agarró y cerró el maletín y nos dijo; – Escúchenme una cosa, la vida de ustedes acá no vale nada. Y en Buenos Aires nos puede costar 1.000 dólares a cada uno -. Los tipos volvieron a insistir, pero como volvimos a decir que no, se van…
Yo ingenuo, digo; – Vamos a hacer una cosa, agarremos la maleta, pidamos un taxi, vámonos al aeropuerto y nos quedamos a dormir en el aeropuerto . Y nos quedamos ahí -.
Entonces Abel Ñeco, que había estado contratado en Colombia y le habían pegado un tiro en una puerta, me dice; – Escuchame pelotudo, nosotros de acá no nos podemos mover. Asomate por la ventana -. Me asomo a la ventana y había 5 tipos en frente, parados sin moverse -…
Pasamos la noche en vela, en la mañana vino un árbitro (colombiano) y sí voy a dar el nombre; Sierra. Voy a dar el nombre porque no era culpa de él, ahí se jugaban la familia y se jugaban todo. Y él dice; – Tenemos que ir a sacar un permiso de trabajo -. Y yo le dije; – Pero si estuve acá hace 15 días -. Y dijo; – No, pero lo pusieron esta semana -.
Salimos del hotel, era todo con los colores de Nacional, era feriado (festivo) y cuando fuimos al lugar no había nadie. Yo le dije; – Hijodemilp… nos sacaste a propósito -. Ahí estuvimos esperando hasta a hora del partido”
En ese momento le dice el periodista Gustavo López que por suerte Nacional había goleado 6 por 0, pero el mismo Esposito dejó en duda hasta el final por qué habría sido:
“Vos tenés que saber por qué (risa)…
Preparamos los bolsos, antes de salir los 3 de ahí y dijimos; – Muchachos, ¿que hacemos? -.
Abel dice; – ¿Qué hicimos toda la vida? Jugar como corresponde, equivocados o no, un árbitro se puede equivocar. En lo que no se puede equivocar es en la moral -…
Salimos a la cancha y nos dejan, el auto para a más o menos 200 metros o 250 metros de la entrada, rodeados, pero nadie nos agredió, nadie nos dijo nada, lo único que decían era – Nacional -. Entramos al vestuario y el árbitro que nombré hace un rato (Sierra) viene con una Virgen y Ñeco le dio una patada a la mano, a la Virgen a todo.
Yo dije; – Vamos a calmarnos, vamos a ponernos bien -, y pido que me traigan a la Policía de custodia encargada. Y viene el jefe de Policía de Medellín y le digo; – Mire, después del partido tenemos que salir \’volando\’ de acá, porque tenemos vuelo a Bogotá -.
Y tranquilamente me dice; – Mire, acá hay 2 cosas, si gana Nacional, no vamos a poder salir de acá -. Pero me lo dijo en buena forma el tipo, me dio a entender que iba a ser una fiesta.
Antes de salir a la cancha hicimos un juramento, parece mentira que en un vestuario hace estas cosas un árbitro, pero es así. Ante de salir Bava me dice; – Flaco, mirá que si faltan 2 minutos y estos no hacen un gol, entro a la cancha y la meto yo la pelota -.
En el partido atacaba y atacaba Danubio, pero en un contragolpe, gol de Nacional. Y los uruguayos no paraban nunca y encima, yo tengo la filmación, parecía un autómata porque estaba sin dormir, sin comer, los nervios. Y a los 20, 25 minutos el 2 a de Nacional…. Y después terminó 6 a 0 el partido”
Aunque parecería que la historia termina ahí, con el pitazo final, las presuntas amenazas al árbitro de Nacional VS Danubio por Copa Libertadores 1989 habrían seguido y hasta con supuestas advertencias de los jugadores. Según Espósito, nunca vieron a Pablo Escobar, pero sí al infortunadamente famoso ’Popeye’:
“Escobar, según nos dijeron, estaba en el estadio, disfrazado. Al único que vimos fue a Popeye…. Hubo 11 muertos, en los festejos or los balcones, salían a la calle, tiraban los tiros para arriba y le pegaban al otro que estaba arriba…
Entonces vino el jefe de Policía y me dijo; – Imposible salir de acá -. Y yo le dije; – Al hotel ese no vuelvo más, ni en pe¿* -… Vino otro árbitro colombiano y nos dijo que no había problema, que tenían todo arreglado – Pues claro, sabían todo -.
Vamos a un hotel cerca del aeropuerto, tardamos como 2 horas para salir de ahí…
A ese jefe de Policía, que nos llevó al hotel y después no fue a buscar a la mañana para acompañarnos hasta el aeropuerto. A los 15 o 20 día, si alguno de ustedes vio la serie (Escobar, El Patrón del Mal), lo hace acribillar Escobar, arriba del auto, saliendo de la casa.
Aparte, terminó el partido y nos pasaban por el lado y nos decían los jugadores mismos, hacían señas para que no abriéramos la boca…
(¿Acordaron no hablar nada?) Es verdad, pero alguien abrió la boca y estuvo bien el que abrió la boca. Porque fuimos a verlo a Julio (Grondona) y Julio llamó en ese momento al presidente de Colombia… Le contamos la historia, encima se habían enterado árbitros uruguayos y me dicen que hay que contarlo porque nos puede pasar a cualquiera”
Y com había dejado la incógnita en el inicio de la entrevista, el juez de aquel partido contó que desde el club uruguayo también dieron a entender que hubo amenazas.Y lo dijo como si él, o alguien diferente, no lo hubiera contado abiertamente antes de esta entrevista:
“Cuando llegamos a Bogotá, nosotros habíamos cumplido, vamos a tomar el avión y los uruguayos venían en el mismo avión (los de Danubio)… Entonces viene le presidente de Danibio, un escribano, y me mira y me dice; – Carlos, la pasaron mal, ¿no? -.
Y le digo; – ¿Vos me estás cargando? -. Y dice; – Quédese tranquilo, nosotros también, pero… -.
Perdón, a ver si me interpretás vos. No quiero sacar palabras”
Este relato de las supuestas amenazas al árbitro de Nacional VS Danubio por Copa Libertadores 1989 le ha dado la vuelta a las redes sociales. Pero debe servir para aprender de la historia y no para repetirla o dejarla pasar sin más.
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@import url(https://fonts.googleapis.com/css?family=Fira+Sans:300,400,400i,600);@import url(https://assets.metrolatam.com/assets/oembed.css?v=BS12); Audio: Revelaciones del árbitro de Nacional VS Olimpia en final de Copa Libertadores 1989 Muchas veces se ha mencionado este tema, pero ahora el mismo protagonista contó s versión.