Día grande para el AC Milan. Uno de los colosos del fútbol mundial cayó en desgracia en la última década, sin notoriedad europea sin siquiera disputar Champions League. En la Serie A, el conjunto rossonero jamás pudo hacerle sombra al dominio de la Juventus y tuvo que ver cómo el Inter, su rival de toda la vida, era quien destruía el monopolio bianconero.
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Pero llegó su hora. En una temporada brillante, el ‘Diávolo’ se ganó el derecho de ser campeón de la Serie A, si puntuaba en la cancha del Sassuolo. Los locales no se jugaban nada, pero querían ser ese que le arruinara la fiesta a los de Milán. A la misma hora, en el Giuseppe Meazza se disputaba Inter vs. Sampdoria, con los locales esperando el tropiezo de sus vecinos de patio para robarles el scudetto.
Sin embargo, el Milan no dio oportunidad de ilusión neroazzurra. En apenas 45 minutos, el conjunto lombardo goleaba 3-0 al Sassuolo, con tantos de Olivier Giroud, quien anotó dos, y otro más de Franck Kessie. Lo que podía ser una jornada angustiante, como lo fue en la Premier League, terminó siendo un paseo veraniego para el flamante campeón italiano.
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Pese a la goleada del Inter a la Sampdoria, el festejo fue rojinegro. El Milan cortó una racha de once años sin títulos locales, siendo el anterior el conseguido en la temporada 2010-2011, cuando de la mano de Massimiliano Allegri se consagraron. Ahora fue Stefano Pioli quien llevó al ‘Diávolo’ a ser campeón una vez más, empatando al Inter en 19 títulos domésticos, ambos por detrás de Juventus (34).
El título le da el privilegio de ser cabeza de serie en el próximo sorteo de la Champions, justo cuando se habla de una venta del equipo por más de 1.300 millones de euros, lo que les permitiría reforzarse a lo grande. Sí señores, el Milan está de vuelta y mete miedo, como siempre lo hizo.