El ciclo de Juan Carlos Osorio en el América de Cali parece extinguirse. No porque el equipo juegue demasiado mal, pero sí porque la relación con la afición está totalmente rota. Esta noche de sábado en el Pascual Guerrero hubo cabildo abierto, luego de que La Mechita fuera eliminada entre semana de la Copa Sudamericana, justo por el mismo rival de esta jornada, Independiente Medellín.
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Sin embargo, más allá de la eliminación, ese día América ganó en los 90 y mostró otra cara. En esta ocasión, los Diablos Rojos perdieron ante el Poderoso y por momentos fueron bailados. Ya en los 90 minutos, el equipo paisa se impuso 3-1 y trepó casillas en la tabla.
Todo comenzó al minuto 2, cuando Adrián Arregui abrió el marcador y obligó al equipo escarlata a quemar las naves rápido. Sin embargo, antes de volver al partido, llegó el segundo golpe, rapidito en la primera mitad. El encargado de aumentar la diferencia fue Juan David Mosquera.
América no encontraba los caminos, pero una jugada individual de Deinner Quiñónes apretó todo, con una rosca de zurda al segundo palo. Aunque el DIM era muy superior, América estaba a tiro del empate.
Sin embargo, el Poderoso encontró retaliación pronto con una bola que dejó Diego Novoa tras un cañonazo de tiro libre de Andrés Cadavid, que bien pudo recoger Diber Cambindo, con una media volea. Antes del descanso, el Medellín ganaba 3-1 y ganaba bien.
La segunda mitad estuvo de más casi todo el partido, hasta el minuto 75 cuando el árbitro dio un penalti. Allí América pudo haber vuelto al partido, pero Andrés Mosquera Marmolejo le atajó el penalti a Adrián Ramos. Partido liquidado, pero algo más habría.
Eso fue otro penal, en el minuto 100 de juego. Allí, Ramos quiso tener revancha, pero una vez más Marmolejo atajó el penalti y aseguró el 3-1. El equipo escarlata se fue silbado y Osorio, insultado. ¿Cómo se sale de esta crisis?