El Liverpool regresaba una vez más al mítico Wembley, recinto que los vio salir campeones hace casi tres meses por la Carabao Cup, cuando los Reds tumbaron al mismo equipo por la vía de los penales en la finalísima. El escenario pintaba para una final distinta, donde tal vez los Blues pretendían llevarse su revancha.
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Arrancó a rodar el balón y el Liverpool, desde el arranque, se mostró con mayor ímpetu sobre el equipo de Londres. Luis Díaz, desde el primer minuto, se llevó el equipo al hombro con los ataques prometedores desde su costado, los que habían derivado en chances clarísimas de gol a su favor.
El guajiro tuvo un remate clarísimo, apenas sobre los ocho minutos del arranque, el cual derivó en un fenomenal achique de Edouard Mendy, el portero senegalés que se convertía en figura desde la etapa inicial.
El Chelsea se vio muy mal en cierto tramo, pero después de los 20 minutos intentó aflojar un poco en defensa y lanzarse en terreno rival. El Liverpool, con un Alisson enorme, también tenía prendas de garantía en la defensa.
La noticia más dura de digerir para los Reds fue la sorpresiva lesión muscular de Mohamed Salah. El egipcio tuvo que abandonar el terreno de juego por claras señales de dolor, exactamente a los 33 minutos de la etapa inicial. Diogo Jota lo reemplazó en el terreno de juego.
Para el segundo tiempo, fue la fiesta de Lucho. Se jugó el mejor partido desde que está a servicio del Liverpool, desbordando por el costado izquierdo y generando muchísimas ocasiones. Era un milagro que el partido quedara 0-0.
A los 51 minutos, Lucho tocó la puerta y envió un remate que apenas cruzó el poste del arco rival. Era el inicio de un masterclass para el gigante de Barrancas.
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Díaz, jugando como extremo a perfil cambiado, iba a tener otra clarita. Enganchó hacia adentro y cruzó el disparo directo al ángulo, pero el balón se va un poquito arriba del poste izquierdo.
Sobre el cierre del cotejo, nuevamente Lucho apareció con un palazo increíble. Tras una jugada colectiva, el extremo se desató en el área y tiró el derechazo a todo el poste izquierdo de Mendy. Nadie se explicó cómo es que a Lucho no le entró nada en los 90 minutos; sin embargo, ni corto ni perezoso, arengó a la hinchada para que siguiera alentando.
Como si fuera poco, Díaz nuevamente inquietó la defensa con otro remate cruzado al poste. Todos estaban liquidados, pero todo fue simple: la pelota nunca quiso entrarle al guajiro. ¡Así es el fútbol!
No obstante, no es una conclusión apresurada decir que ha sido el partido consagratorio del atacante colombiano. En una final copera de Inglaterra, termina siendo la gran figura del equipo y por encima de otros referentes. Un partido que nunca olvidará en su carrera.
Nada por hacer. El árbitro marcó el fin del partido y se decretó la prórroga para definir el campeón. Lucho ya estaba fatigadísimo luego de una actuación extraordinaria, por lo que salió del campo a los 6 minutos y acompañándolo una ovación gigantesca de su hinchada, presente en Wembley.
El tiempo extra fue más de trámite, más que todo por el cansancio entre los jugadores. Parece que nos iríamos a los penales, mientras que la tensa calma reinaba en el desarrollo del cotejo.
Dicho y hecho, había penales en Wembley como aquella vez. El Chelsea arrancó cobrando y marcando, por obra de Marcos Alonso; mientras que en Liverpool lanzaba James Milner, quien la mandó a guardar y acertó el tiro.
Para la segunda tanda, Azpilicueta erró el penal tras chutar un palazo en el Chelsea. Thiago Alcántara marcaba la diferencia a favor de los Reds, un poco más cerca del ansiado trofeo.
En la tercera ronda, Reece James anotaba a favor de los Blues con un pase a la red; por su parte, Roberto Firmino acertó para el Liverpool.
Ross Barkley, en la cuarta ejecución del Chelsea, acertaba su tiro. Trent Alexander-Arnold le daba un paso más allá al equipo de Anfield para coronarse campeón, mientras que el rival tenía toda la presión cargada.
Llegó la hora de la verdad. Jorginho acertó el quinto penal, pero solo quedaba uno que podía sentenciar el título de FA Cup. Sadio Mané, con la capa de héroe para su equipo y con detenimiento, iba decidido para marcar, pero Mendy fue el salvador y alargó la tanda.
Hakim Ziyecho anotó el sexto penal, pero ahora toda la presión iba para el Liverpool. Se cambiaron los papeles y hubo sufrimiento total. Diogo Jota, quien entró al campo por Salah, rompió el arco e igualó la cuestión.
¿La fortuna correría a favor del Liverpool? El séptimo penal del Chelsea, fallado por Mason Mount, diría que sí; volvíamos a lo mismo, Kostas Tsimikas hizo lo propio, se hizo cargo y desató la euforia total entre la hinchada roja. ¡Otro título más a la bolsa para Lucho, quien sigue soñando con ganar el póker de galardones con su equipo!