Otro partido de excepción de Luis Díaz. El colombiano demostró que está para grandes cosas y lo rubricó con su actuación en Villarreal, donde ingresó de recambio y le dio vuelta a la eliminatoria, que en ese momento estaba cuesta arriba para los de Anfield Road. Por eso, la UEFA lo premió con el galardón al mejor jugador del partido, tras su gol y otras acciones que cambiaron el juego.
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El guajiro posó con el premio en el estadio El Madrigal, aunque ya sin gente de fondo. Ya lo había conseguido en el partido de cuartos de final ante el Benfica y en fase de grupos contra el Milan, cuando actuaba en el Porto. Solo Karim Benzema (Real Madrid), con cuatro MVP, supera al colombiano.
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LA CRÓNICA
Otro colombiano a las puertas de la final de la Champions, una vez más. Aquella gesta que consiguieron James Rodríguez, Juan Guillermo Cuadrado, Iván Ramiro Córdoba, Dávinson Sánchez, entre algún otro, ahora era el turno era de Luis Díaz. El guajiro, tras la victoria 2-0 en el partido de ida, estaba muy cerca de instalarse en París, donde se definirá esta temporada la Copa de Europa.
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La última escala debía hacerla en España, donde el Villarreal iba a ofrecer la última de las resistencias antes de hablar francés. Parecía un trámite, luego de la ventaja conseguida en la ida, pero pensar eso fue un error. El Submarino Amarillo seguía vivito y coleando, solo necesitaba una oportunidad.
Y la oportunidad se dio, un poco concedida por Jürgen Klopp, quien en un arrebato de entrenador decidió dejar al colombiano en la banca de suplentes, siendo el único que no repitió de los jugadores que actuaron en Anfield Road. La otra razón fue la actitud del equipo ibérico. Villarreal jugó el partido de su vida en el primer tiempo y en solo 45 minutos emparejó la eliminatoria.
El primer gol lo consiguió Boulaye Dia. Al senegalés le tomó tres minutos meter al Villarreal en tensión, a un gol de forzar la prórroga. Sin embargo, lo del Submarino Amarillo fue constante en cada minuto de la primera mitad, consiguiendo el 2-0 a favor con un tanto de Francis Coquelin. Al descanso, Klopp tenía mucho que corregir, pero tenía la herramienta ideal para hacerlo: Luis Díaz.
Por supuesto, el colombiano fue a la cancha desde el vamos en la segunda mitad y algo cambió. Liverpool comenzó a dominar el encuentro y a estar cerca del descuento. Ese que llegó gracias a una acción de coraje de Fabinho, quien remató de derecha y, con la complicidad del portero Gerónimo Rulli, le devolvió la ventaja global a los Reds.
El combustible del Villarreal se fue acabando de a poco y en esas situaciones, el Liverpool no te perdona. Mucho menos Díaz, quien ya había intentado una media chilena, sin mayor éxito. Ahora sí que pudo anotar, de cabeza, con algo de fortuna por la reacción de Rulli. Había pasado el sofocón para los ingleses, que sacaban boleto camino a París.
Con un Villarreal desahuciado, el 3-2 conseguido por Sadio Mané fue solo nominal. Liverpool demostró que se lo merecía y aunque en cierto momento estuvo contra las cuerdas, llegó el mejor a la final, en mucho gracias a un guajiro, que así como el carbón de su tierra Barrancas, fue el carburante de su equipo cuando más lo necesitaba. Esperan por Manchester City o Real Madrid.
